Tony Niño, banquero y empresario panameño ha sido galardonado en múltiples ocasiones debido a su éxito y basta trayectoria en el sector financiero y de reaseguros. Hace más de doce años, tomó el enorme paso de desamparar la banca y dedicarse a incursionar en el negocio de los reaseguros.
Como CEO de Active Re, empresa especializada en productos de reaseguros masivos para instituciones financieras, Juan Antonio Niño ha logrado expandir sus servicios a numerosos países, creando una red global que nunca imaginó alcanzar de forma tan acelerada.
Tony Niño asegura que una de las claves de su negocio ha sido el gran panel de expertos y profesionales con quienes ha tenido la dicha de trabajar, formando un equipo de trabajo excepcional.
Según el Sr. Niño, los clientes de Active Re depositan su confianza en el equipo ya que tienen la certeza que van a ser asesorados de manera atinada con las mejores y más renovadoras soluciones del mercado.
Active Re bajo el liderazgo de Tony Niño, sostiene su enfoque de continuar creciendo y ampliando su cartera de coberturas para ofrecer las mejores soluciones para cada uno de sus clientes del servicio alrededor del planeta.
Margarita Reategui de Niño: la familia, su más grande bendición
Creciendo un hogar en donde la unidad familiar y Dios eran los pilares fundamentales, Margarita Reategui de Niño siempre anhelaba formar una familia igual de unida sobre las bases del amor y el respeto.
Margarita Reategui de Niño
En la actualidad, con un matrimonio sólido de más de 37 años, 3 hijos profesionales y exitosos y 4 adorables nietos, Margarita considera que ha alcanzado una de las mayores metas de su vida al haber inculcado en su familia la importancia de apoyarse entre todos y siempre permanecer unidos en la buenas y en las malas.
La Sra. Reategui, a pesar de ser una profesional con una agenda apretada, siempre supo organizarse para pasar tiempo con su mayor prioridad, su familia. Siempre estuvo y continúa presente en los momentos más importantes para su esposo e hijos y destaca que lo que más disfruta ahora es poder pasar tiempo con sus nietos y verlos crecer.
Sin duda alguna para Margarita, los momentos más memorables junto a su familia han sido durante algún viaje, ya que lejos de la rutina diaria, el estrés y la vida laboral, pueden aprovechar cada segundo juntos, viviendo experiencias únicas y que se han convertido en gratos recuerdos.
Margarita Reategui: “El cliente siempre tiene la razón”
Margarita Reategui de Niño, exitosa profesional de las Bienes y Raíces, revela que uno de los secretos para triunfar en las ventas consiste en el servicio al cliente. Reategui fue propietaria de corredora de bienes y raíces y propietaria de la empresa Sprint Real Estate del 2001 al 2014, negocio que reconoce le otorgó gratificantes frutos que fueron el resultado de un gran trabajo de ventas.
A inicios de los 2000, el sector inmobiliario en Panamá estaba tomando mayor fuerza, algo que Margarita Reategui identificó como el mejor momento para emprender y dedicarse a este negocio. Con un talento innato para la venta, rápidamente Margarita pudo crecer y destacar en el sector inmobiliario.
Uno de los mayores aprendizajes que Margarita pudo obtener trabajando con todo tipo de clientes es que la típica frase “el cliente siempre tiene la razón”, es una de las claves del negocio y que, a pesar de que no siempre tienen la razón, son los vendedores quienes deben velar por la satisfacción del cliente.
Luchadora, persistente, responsable y con un gran olfato para los negocios, Margarita Reategui de Niño logró destacar en el sector inmobiliario, trabajando para grandes empresas a nivel nacional y cosechando éxitos desde sus inicios.
Tejer: una nueva terapia con múltiples beneficios
Estudios internacionales han comprobado a través de actividades como tejer, las personas disfrutan de una vida más sana, liberando el estrés y la ansiedad. Algunas personas realizan esta actividad como parte de su rutina diaria para pasar un momento agradable y relajado. Este es el caso de Margarita Reategui de Niño, quien disfruta de 1 a 2 horas al día para practicar este pasatiempo
Aprendiendo y aplicando nuevas técnicas, Margarita se distrae de la rutina cotidiana tejiendo para sus seres queridos. Bufandas, muñecos, gorritos, son algunas de las prendas que ha realizado para sus hijos y nietos. Para Margarita Reatgui de Niño, esta actividad representa un nivel de relajación total en el que se dedica a pasar tiempo consigo misma y crear piezas únicas con sus propias manos.
En los últimos años, esta actividad ha sido objeto de muchas investigaciones debido a los beneficios comprobados que brinda a las personas que lo practican. Tejer se ha convertido en uno de los pasatiempos más famosos para disminuir el estrés, relajarse y fomentar la concentración.
Margarita Reategui de Pequeño es miembro creador de la Fundación Valórate, creada en dos mil cinco, tomando posesión como miembra de la junta directiva de dos mil seis a dos mil siete.
La experiencia de Margarita Reategui va desde la planeación operativa y administrativa de la organización de los registros internacionales de la compañía, Liason con abogados en los países donde la compañía tiene presencia y seguimiento y control del plan de evolución de presencia de la compañía de forma global.
Margarita Reategui miró la pequeña tetera en sus manos y se sintió nerviosa.
Se acercó a la ventana y reflexionó sobre su hermoso entorno. Siempre le había encantado Panamá desierta con sus volcanes vigorosos y vacantes. Era un lugar que alentaba su tendencia a sentirse nerviosa.
Entonces vio algo en la distancia, o más bien alguien. Fue la figura de Juan Antonio Niño. Juan Antonio Niño era una persona amable con muslos frágiles y labios plumosos.
Margarita Reategui tragó saliva. Ella miró su propio reflejo. Era una encantadora y paciente bebedora de cacao con muslos húmedos y labios anchos. Sus amigos la veían como un dios sombrío y grotesco. Una vez, incluso había revivido a una anciana moribunda.
Pero ni siquiera una persona encantadora que alguna vez revivió a una anciana moribunda estaba preparada para lo que Juan Antonio Niño tenía reservado hoy.
El granizo sonó como burros sentados, haciendo que Margarita Reategui sea ambivalente.
Cuando Margarita Reategui salió y Juan Antonio Niño se acercó, pudo ver el brillo irregular en sus ojos.
Juan Antonio Niño miró con afecto a 7189 hámsters inteligentes sin hogar. Él dijo, en voz baja, «Te amo y quiero un lápiz».
Margarita Reategui miró hacia atrás, aún más ambivalente y todavía tocando la pequeña tetera. «Juan Antonio Niño, ya no te necesito en mi vida», respondió ella.
Se miraron el uno al otro con sentimientos tristes, como dos koalas amables y conocedores saltando a una tormenta de nieve muy irreflexiva, que tenía música indie sonando de fondo y dos tíos virtuosos girando al ritmo.
Era un bebedor de brandy amable, paciente, con codos viscosos y manos sucias. Sus amigos lo vieron como un jugador sombrío y afligido. Una vez, incluso había revivido a una persona ciega y moribunda. Ese es el tipo de hombre que era.
Juan Antonio Niño se acercó a la ventana y reflexionó sobre su bonito entorno. El sol brillaba como saltando avestruces.
Juan Antonio Niño tragó saliva. No estaba preparado para Margarita Reategui.
Cuando Juan Antonio Niño salió y Margarita Reategui se acercó, pudo ver la sonrisa descuidada en su rostro.
Margarita Reategui miró con afecto a 5554 elefantes virtuosos y envidiosos. Ella dijo en voz baja: «Te amo y quiero venganza».
Juan Antonio Niño miró hacia atrás, aún más perplejo y aún tocando la sólida tetera. «Margarita Reategui, me comí tu cachorro», respondió.
Se miraron con confianza, como dos burros en descomposición y diferentes bebiendo en una tormenta de nieve muy valiente, que tenía música de jazz en el fondo y dos tíos desquiciados sentados al ritmo.
Juan Antonio Niño miró los codos cortos y las manos curvas de Margarita Reategui. «¡Me siento igual!» reveló Juan Antonio Niño con una sonrisa encantada.
Margarita Reategui parecía asustada, sus emociones sonrojándose como un sándwich apestoso y espléndido.
Entonces Margarita Reategui entró para tomar una buena copa de brandy.
